lunes, 18 de julio de 2022

Milita Alfaro: "Muchísima documentación ya es irrecuperable".


NOTA A MILITA ALFARO: PARTE 1


Milita Alfaro es una historiadora, profesora y escritora uruguaya especializada en el estudio de los orígenes y la evolución histórica del carnaval de Montevideo. Entre otros muchos temas importantes, ella se refiere aquí a los que son invisibles: aquellos que fueron ignorados y están ausentes en nuestra historia tradicional.

Entre tantos temas que tiene nuestra historia ¿por qué elegiste especializarte en el tema del carnaval uruguayo?

 Bueno, sí, claro, porque en general los historiadores hacen historia política. En este país la historia política tiene una gran preeminencia, pero también la historia económica. En fin, hay muchos temas en los cuales se han hecho investigaciones fantásticas, que han dado lugar a la acumulación de conocimiento muy importante en todas esas áreas. Más allá de la importancia de conocer esos procesos políticos, sociales, económicos y todo lo demás, me parecía que ahí como que estaba faltando una aproximación más hacia la gente. Porque ahí tú estás trabajando con los elencos políticos, con las figuras más renombradas o que tienen un mayor reconocimiento, que han pasado a la historia justamente por su obra. Y yo decía, bueno, pero además de todo eso, que es tan importante, atrás de ellos hay una sociedad que vive, que tiene sus preocupaciones, sus intereses, sus conflictos, sus alegrías, todo. Y de eso hay poco y nada, de eso poco y nada se sabe, ¿no? Y entonces me parecía como que esas voces faltaban, las de la gente común y corriente, hombres, mujeres… ¡los niños!

Te das cuenta que en la historia como que los niños no existen.

Es verdad.

 Y es tan importante saber de esos niños, es decir, cuáles eran sus formas de vida. ¿Y entonces ahora cómo se hace? Es como difícil, porque los intelectuales o los políticos, o qué sé yo, tienen la posibilidad de dejar a través de numerosas fuentes un registro de lo que ha sido su obra, sus ideas. ¿Y a la gente común como llegás? Y entonces de repente el carnaval es una forma de llegar a ellos, porque es una fiesta que, precisamente ellos, esos sectores populares, la protagonizan. Y justamente cuando tú te acercas a temas como el carnaval, ahí sí te encontrás con los hombres, te encontrás con las mujeres, que también están muchas veces ausentes, digamos, del relato historiográfico más tradicional, te encontrás con los niños, te encontrás con los jóvenes. Más allá de que el Carnaval como fenómeno en sí mismo me interesa, también me pareció que era la manera justamente de tener acceso a esos otros sectores.

 La parte que no se ve. Y cuántas cosas se habrán perdido.

  Ah, muchísimo, muchísimo. Claro, claro. Es que uno cuando recopila este tipo de material un poco la tarea que nosotros hacemos en Anáforas, apunta a eso. Como la documentación está dispersa, muchísima de ella ya es irrecuperable porque se perdió, es decir, porque nunca hubo políticas por parte del estado de conservación de ese material, porque se le considera una cosa como sin importancia y justamente los archivos, las bibliotecas, los museos, conservan otro tipo de huellas o de rastros del pasado. Esas cosas en general no están, por eso se pierden. Pero yo creo que no, que es muy importante, porque tienen huellas de un pasado que también habla de nosotros.

 Es cierto, porque de repente la gente lo toma como simple diversión y va más allá porque es parte de nuestra cultura.

  Exactamente, exactamente. Y además también uno dice, bueno, las formas en que en que una sociedad se divierte o juega también son datos importantes, porque además también cuando se ven en el transcurso del tiempo uno ve que esas cosas cambian. Bueno, un poco lo que hablábamos antes.

 Sí. Es lindo ver la evolución.

  Claro, la gente se divierte de maneras distintas de acuerdo al contexto, al momento que está viviendo, ¿verdad? Y entonces ver cómo esas cosas cambian también es una manera de hacer ese seguimiento del proceso histórico. Desde esta otra mirada que me parece que es interesante.

 ¿Alguna vez tuviste el deseo de integrar un conjunto de carnaval?

  No, no, no. Me hubiera encantado. Cuando digo que no, no es porque no valore, que los valoro enormemente y disfruto enormemente de eso que tiene nuestro carnaval.  Muchas veces decimos que el carnaval nuestro, lo que tiene de distintivo en el mundo entero es ser el más largo del mundo. Y sí, es muy largo, pero yo creo que mucho más importante que eso es el hecho de que es el más teatralizado del mundo. Hemos convertido el carnaval en un gran festival de teatro popular, ¿verdad? Teatro callejero. Eso me encanta. Me parece que es un privilegio que tiene nuestro país y nuestra ciudad, Montevideo, tener todos los febreros, esa gran riqueza que es de que es justamente todo lo que vemos arriba del escenario. Me hubiera encantado formar parte de eso, pero no tengo condiciones y estoy muy clara de que no hubiera podido. Además, también hoy la mujer empieza a tener un protagonismo cada vez mayor en el carnaval, cosa que antes no era tan así.

 Justamente te quería preguntar. Una de las preguntas era sobre eso, porque la otra vez vi en la página de Facebook “Memorias de la Bacanal”, un artículo sobre el auge de comparsas de mujeres que hubo a fines del siglo diecinueve.

  Eso se perdió.

  Eso significa que las mujeres tenían un papel protagónico en el carnaval uruguayo de aquella época. Pero mi pregunta es: ¿Cómo fue que la participación femenina en el carnaval pasó de tener tanto auge, a fines del siglo diecinueve, a perder todo ese protagonismo en los siglos posteriores? ¿Por qué pasó eso?

  Por los cambios, justamente, cambios culturales. Eso que vos decís del siglo diecinueve es tal cual. Las llamaban ‘comparsas de señoritas’, pero no tenían por qué ser señoritas. Ahí había jóvenes, había mujeres señoras, vamos a decir que había viejas, había comparsas de viejas que salían a hacer todo tipo de locura y a divertirse. Era maravilloso.

 Me hubiera gustado verlo.

  Eso es maravilloso. Viste que ¿después que pasa? De los viejos, y de las viejas más todavía, siempre se va a esperar que sean personas recatadas, que no anden haciendo locuras por ahí. Pero en el siglo diecinueve eso no importaba, estaba bien visto porque había, digamos, un modelo cultural. Es decir, no es que la gente fuera consciente de eso, pero las formas de vivir de la gente admitían actitudes, comportamientos que ya después, en cierto momento van a empezar a ser vistos como que no corresponden, ¿no? Entonces ahí hay un proceso. Eso tiene que ver con cambios históricos en todos los planos. En el económico, en una cantidad de cosas que forman parte de eso que Barrán ha llamado el disciplinamiento social y cultural. Esa sociedad que era muy libre, que hacía lo que se le ocurría, tiene que disciplinarse. Hay una cantidad de conductas que empiezan a ser… es decir, no es que se prohíban, no es que hay una ley que dice esto no se puede hacer, pero empieza a ser mal visto y la gente empieza, digamos, a comportarse de acuerdo a otros parámetros. Y entonces, por ejemplo, ya no se ve bien que una chica ande por la calle. Las chicas tienen que tener una actitud más pudorosa, más recatada. Eso de andar por las calles haciendo determinadas actitudes, eso no es propio de una chica seria, honrada como debe ser. Entonces, sí, eso se termina.

 Eso de las ‘comparsas de señoritas’ era a fines del siglo diecinueve y principios del siglo veinte. ¿Y después en qué momento se fue perdiendo eso?

  Yo diría que ya a principios del siglo veinte ya es muy difícil encontrar comparsas de señoritas. Es decir, por supuesto que siguen teniendo una participación muy protagónica en el Carnaval. Esto no quiere decir que no sigan. Bueno, a nivel de lo que eran los bailes, los bailes de máscaras y esto y lo otro, seguían estando presentes.

 En los bailes del Solís. Y los bailes de otro tipo.

  Por supuesto, por supuesto, en todos los teatros, clubes. Muchas veces esos clubes vinculados justamente con la inmigración, los clubes napolitanos, asturianos, etcétera, franceses, ingleses, todos esos clubes hacían bailes en carnaval. Las mujeres allí tenían una participación muy, muy relevante. Pero esto de andar por la calle… ¿me entendés?

 ¡Ah, claro, entiendo! En realidad ellas participaban sólo en ambientes cerrados, en ámbitos privados.

  Exactamente. La calle es un espacio no recomendable para señoritas serias, de su casa.

 En lugares públicos, como la calle, no participaban.

  Y sino, mirá qué interesante, están en la calle, pero ya no andan libremente como estaban antes. Andan en los carruajes, los carros. Claro, estoy hablando de mujeres que tenían cierto nivel económico, porque para tener un carruaje, más allá de que de repente las muchachas de las clases populares también conseguían un carro y qué sé yo, y armaban. Es decir, un grupo de diez o doce, medio que se disfrazaban y entonces desfilaban en los corsos y en los desfiles, en un carro. Pero tú te das cuenta de la diferencia que hay de andar libremente correteando por la calle que estar adentro de un vehículo; era una manera, de alguna forma, de estar más controlada, más limitada.

 Y por ejemplo, esa costumbre de tirarse serpentinas de mujeres hacia hombres y hombres hacia mujeres. ¿Eso era cuando ellas estaban subidas en el carro o cuando pasaban por la calle?

  A veces de vereda a vereda, ¿viste? Porque además había que saber, porque no se tiraban las serpentinas así, a lo loco. Se sabía muy bien cómo se trataba de llegar a quien uno quería, porque era un mensaje, eso, tirar una serpentina. Y por supuesto, también las tiraban en los carros. Están las fotos donde los carruajes tienen las ruedas llenitas de serpentinas.

 Es cierto, están enredadas en las ruedas.

  Serpentinas enredadas, porque era la forma de jugar. Habían venido a sustituir a aquel juego mucho más salvaje, bárbaro, violento, agresivo, que era el juego de principios y mediados del siglo diecinueve, que eran los baldazos de agua, que eran los proyectiles de todo tipo, porque eran huevazos, pero eran también tomatazos. Claro, eso es lo que decíamos el Carnaval bárbaro entre comillas, ¿verdad?, a diferencia de lo que es el carnaval disciplinado que comienza.  Siempre son lentos esos cambios. A fines del siglo diecinueve empiezan a darse cambios que finalmente en el siglo veinte van a dar lugar a una fiesta más civilizada. Y bueno, una de las características de esa fiesta es la serpentina, los papelitos. Es una forma de juego como más elegante, más refinada.

Ya no es a pedradas como era antes, no, ahora es con serpentina, más allá de cosas horribles que podían pasar con la serpentina. Porque después que terminaba el desfile  esas calles quedaban totalmente tapadas del papel de las serpentinas, era brutal la cantidad de papeles. Y bueno, no faltaba quien tiraba un fósforo en eso y aquello se prendía fuego, las mujeres con los trajes. Es decir, eran las épocas en que las mujeres tenían los trajes hasta los pies, los pollerones largos, los vestidos de antes. Y hubo cosas muy tremendas.

 Ah, hubo accidentes donde se prendió fuego todo…

  Tremendo, “Las partidarias del Divorcio”, que era un carro. Porque a esos carros de los que yo te hablaba todos le ponían un título, le ponían un nombre. No eran agrupaciones, no eran comparsas, pero salían en carro con un título .Y en 1906, la sociedad estaba tremendamente polarizada en torno a una ley que era muy revolucionaria, que era la ley de divorcio. En aquel momento era un escándalo. Entonces estaban las mujeres y los hombres que apoyaban, que consideraban un avance para la sociedad el hecho de que existiera una ley de divorcio que legalizara la separación de parejas que no querían seguir estando juntas. Pero después estaban, (fundamentalmente encabezados por la Iglesia Católica) quienes consideraban que aquello era un escándalo y que había que frenarlo. Entonces había un debate muy, muy fuerte. Y en ese carnaval salen unas chicas, que tampoco es que fueran grandes militantes a favor del divorcio. Eran unas gurisas jóvenes, muchachas de 16 y 18 años. Y claro, como el tema estaba ahí, sobre el tapete… Es como ahora. ¿De qué se habla en los tablados? De los temas candentes. Y entonces se les ocurrió ponerle al carro: “Partidarias del Divorcio”. Iban como 15 muchachas arriba del carro. Y bueno, tiraron un fósforo. El carro lleno de serpentinas…

 ¡Ah, porque fue intencional!

  Nunca se supo, porque nunca se supo quién fue. Entonces esto pasaba. Pero es medio raro que con ese título y qué sé yo.

 Daba lugar a la sospecha.

   La cuestión es que, bueno, murieron varias de ellas quemadas.

  Quién iba a decir que por…

  Eso, ¿viste? La serpentina, tan refinada, tan elegante, tan divina, que no la vas a comparar con una pedrada. Y sin embargo, fíjate vos, la serpentina. Todo depende de cómo uses las cosas. Evidentemente, puede ser un arma mortal si sos tan irresponsable y tan mala persona como para ir a prender, a tirar un fósforo donde hay una cantidad de papel. Bueno, vas a provocar una hoguera que puede resultar mortal para mucha gente. ¿No?

 Sí, eso es verdad. Recién habías hablado de Anáforas y a mí me parece que es una tarea titánica para los historiadores rescatar del olvido los repertorios, o las imágenes, y rescatar del olvido infinidad de personajes que hubo, que conformaron el carnaval antiguo. O sea, hubo en nuestro carnaval infinidad de personajes poco conocidos para la gente, que no trascendieron tanto como otros. Pero yo sé que los historiadores como tú se encargan de hacerlos conocer. ¿Qué papel juega aquí “Carnaval en Anáforas”? ¿Y cómo se enfrentan a esa tarea enorme de reconstrucción de nuestro pasado carnavalero?

  Yo empecé investigando, tratando de armar un relato de lo que eran aquellos carnavales, desde el comienzo, desde el principio del siglo diecinueve y  avanzando en el tiempo. Bueno, la idea es un poco aproximarme al presente. Eso en una primera instancia era una investigación que hice a través de fuentes específicas que tratan sobre el tema. La prensa ahí  juega un papel fundamental. La documentación oficial también. Es decir, no está en ningún lugar que tú digas: bueno, acá se reunió y está junto, digamos, todo el material que tiene que ver con estos temas. No. Eso está por diversos lugares que tenés que consultar, y la prensa que es fundamental, que era un poco lo que yo te decía. Voy a la biblioteca o a la hemeroteca del Palacio Legislativo, que es donde están los diarios de otra época. Todos los diarios ya en enero, en la previa ya empiezan a hablar. En febrero, por supuesto se realiza el carnaval y todavía en marzo, con eso de que nuestro carnaval es muy largo, todavía en marzo están las repercusiones y las noticias referidas. Entonces empecé esa tarea hace muchos, muchos años y paralelamente a eso me empecé a dar cuenta de cómo hay un material que está disperso por una cantidad de lugares, corriendo el riesgo en muchos casos de perderse, verdad? 

  Y la necesidad de armar un archivo que se refiriera específicamente al tema carnaval y que se nutre de cosas muy valiosas, porque ahí tú tenés toda una información que pasa, digamos, por lo visual. Las fotos son fundamentales, muchas veces más que un texto te dice una foto de un baile, es decir, por ejemplo en un baile de 1910, mirás esa foto y de alguna manera te reconocés porque en última instancia es esa misma sociedad de la que tú formas parte hace muchos años atrás. Y en otras cosas decís: “Pa, qué raro esto. No me imaginé que hacían esto o aquello”, porque ya hace mucho tiempo que no se hace. Entonces tenés cantidad de fotos, tenés cantidad de documentación oficial, porque nuestro estado es un estado que siempre reglamentó mucho la fiesta, a veces con menos éxito, a veces con más éxito, trataba de dictar normas para que el carnaval respondiera a un determinado modelo que era el que el Estado quería promover. Entonces ahí tenés reglamentos, edictos, normativas de todo tipo. Y eso también es muy importante. Y después tenés esos repertorios, que son un material riquísimo. Lo que las comparsas desde el siglo diecinueve han cantado o han actuado en carnaval, porque es una producción que proviene de sectores que vos no los encontrás, no tenés forma de llegar a ellos a través de otro tipo de fuentes. Revela el punto de vista de cómo se posicionaban ante la política o ante los conflictos de su época los sectores populares. Uno tiene cantidad de formas de saber lo que opinaban los elencos políticos y cuáles eran sus posturas sobre determinados temas, tenés cantidades de fuentes que hablan de eso. ¿Pero cómo se posicionaba la gente? Bueno, en esas letras que hablan de esos temas desde otro punto de vista tenés esa posibilidad. Entonces, ese material que era muy rico estaba totalmente disperso en manos a veces de particulares, a veces de instituciones, pero que no se preocupaban, digamos, por una conservación. Y entonces ahí empezó a surgir. Para mí sola era como muy difícil poder encarar eso, pero cuando se crea la Cátedra UNESCO en Carnaval y Patrimonio, bueno, ahí empecé a poder trabajar junto con gente que también le interesaba el tema. Me pareció que una de las tareas más importantes que podía asumir la cátedra era tratar de reunir ese material, sistematizarlo, ordenarlo, tratar de digitalizarlo y hacerlo público, porque no tiene mucho sentido, por ejemplo, suponete que yo tuviera todas esas cosas acá en mi casa…

  Claro, no tendría sentido si no se difundiera.

  Lo importante es que llegue a la gente. Es muy difícil generar una página, porque una cosa es tener un Facebook, o un blog, qué sé yo. Pero esto es un volumen enorme de información. Hacerlo disponible para que la gente acceda a él. Y Anáforas, que es un proyecto que funciona dentro de la FIC ( la Facultad de Información y Comunicación) justamente es una cosa que ya está establecida desde el punto de vista técnico. Digo, está todo, todo armado ya. Y dentro de las diferentes páginas que hay metidas adentro de Anáforas tuvieron la generosidad de ofrecernos: ¿Y ustedes no quieren tener una página dedicada a carnaval montevideano? Bueno, si queremos, queremos, por supuesto que queremos.

 ¿Esto en qué año fue?

  Y debe ser alrededor de 2016, 2017 que vino el ofrecimiento de Anáforas. Lo que pasa es que en ese momento era divino el ofrecimiento que estaban haciendo por un lado y por otro lado no sabíamos muy bien cómo procesarlo porque es también mucho trabajo. La cátedra no tiene ningún tipo de financiación de nada. Nosotros trabajamos porque nos gusta y nada más. Y bueno, la gente también necesita procurarse trabajos que le permitan vivir. Así que es como en los ratos que tenés que te dedicás a esto. Entonces nos costó bastante tiempo, aunque sabíamos que teníamos esa posibilidad, aprovecharla, echarla a andar. Y por suerte, de a poquito pudimos empezar a hacerlo. Y por allá, yo diría por 2019 más o menos, ya empezamos con los primeros documentos de a poquito. Me parece que fue en febrero de 2020, que ahí se hizo el lanzamiento, porque ya estábamos seguras de que ya teníamos unos cuantos en aquel momento, yo creo que eran unos pocos cientos, ponele 300 o 400 documentos, estábamos muy orgullosos porque teníamos ya subidos como 400 documentos. En ese momento ya son miles, porque claro, hemos seguido trabajando y no te digo los los que tenemos todavía por subir, que en algún momento.

 Pero entonces va rápido esto de la cantidad de material que suben.

  Exacto, exacto, porque además yo creo que fue una cosa que se retroalimentó, porque Anáforas nos hizo este ofrecimiento y nosotros pudimos empezar a dar a conocer esto y ponerlo en línea, porque esto hoy lo consulta cualquiera que quiera. Es de consulta libre.

 Porque hay mucha información de dominio público, ¿verdad?

  Bueno, tenemos ese problema con los repertorios. Algunos de ellos están todavía en dominio privado.

 Ah, claro, porque no cumplieron de repente el tiempo como para pasar al dominio público.

  Entonces ahí, en ese caso, nosotros, bueno, si es con la persona, directamente, y sino con sus familiares, si la persona falleció, solicitamos esa autorización y si los familiares la dan podemos subirlo. Va a ser difícil que la gente se niegue porque eso no tiene fines de lucro de ninguna clase, simplemente difundir una cosa y ta, pero también, bueno, también la pandemia. Imagínate esto, estoy hablando de 2020.

 Eso también interfirió.

  Claro, porque la posibilidad que teníamos de ver gente… Yo por ejemplo, hice algunas gestiones por teléfono, te digo, concretamente, hablé con una de las hijas, de nada menos que Tornillo Gamero, de Eduardo Gamero, que es un letrista bastante legendario y de mediados del siglo 20. Y él ya está fallecido. Le expliqué de qué se trataba y ella me dijo: Mirá, a mí me encanta, pero tengo varios hermanos, tengo que consultar con ellos a ver qué opinan. Así que llamame de repente dentro de diez días que yo converso… La llamé y me dijo: Sí, estamos todos de acuerdo. Y en este momento nosotros, a pesar de que esas letras todavía son de dominio privado podemos subirlas porque tenemos la autorización de los familiares, que es un poco el caso que se da con Carlos Soto, que fue letrista tantos años de Asaltante con Patente, o el caso de Modernell que también libretó cantidades de murgas, La Milonga Nacional y muchísimas otras. Y también hay una autorización expresa. Todos están fallecidos como Gamero. Falleció no hace mucho. Soto falleció no hace mucho.

 Carlos Soto falleció en el 2012. Lo recuerdo bien, porque en ese año quise hacerle una  entrevista y no llegué a tiempo, porque justo el mismo día que quise ponerme en contacto con él para hacerle una nota falleció. Increíble.

  Bueno, de ahí va surgiendo esto de Anáforas, que es como siempre, cualquier archivo nunca está terminado, siempre está en construcción permanente, porque van llegando nuevas cosas y se van sumando. Pero a esta altura podemos decir que tenemos por lo menos ahí una cosa creada ya lo suficientemente sólida como para saber que de aquí en más seguirá aumentando.

 Me enteré de que habrá un curso relacionado con nuestro carnaval. ¿Cuál es el objetivo del curso?

  Bueno, ahí está, porque en este momento, ahora sí se puede la gente reunir. Pero hubo un año que estaba todo el mundo metido en su casa y no había posibilidades de generar espacios de encuentro, de discusión, de reflexión sobre las cosas. Por eso también ahí pudimos hacer crecer mucho el archivo, porque ese es un trabajo que lo hace cada uno en su casa. Acá tengo que mencionar en esta tarea de Anáfora, fundamentalmente a Belén Pafundi que trabaja muchísimo en esto. Ya te digo, de manera totalmente honoraria. Ella no cobra un peso por todas estas cosas, pero bueno, le gusta mucho. Curiosamente es rosarina, de Rosario, de Argentina, pero es una enamorada de nuestro carnaval. Si será una enamorada que se vino a vivir al Uruguay por lo mucho que le gustaba el carnaval. Así que con eso te digo todo. Y entonces se acercó a la cátedra y es una colaboradora fundamental. Y Karina Acosta también. Somos un poco el trío que más andamos atrás de estas cosas, más allá de que tenemos otros colaboradores. A esta altura es un equipo grande, pero principalmente somos nosotras. Ahí, durante la pandemia, fue que nos pareció seguir avanzando en esta cuestión del archivo, que era una tarea que se prestaba bien por las características de la vida que hubo que hacer en esos todos esos meses, no? Más allá de eso, la cátedra siempre tuvo dentro de los objetivos también la tarea de formación, es decir, de difusión de lo que ha sido históricamente nuestro Carnaval, su evolución histórica y además vinculándolo con el presente, llegando hasta el presente.

Cosas del Carnaval de hoy, de alguna manera, de dónde vienen, cómo surgieron y cómo fueron manteniéndose o cambiando para llegar a lo que tenemos hoy.

 En el pasado, en  2014 o en 2015, no me acuerdo, la cátedra ya hizo un curso en la Facultad de Ciencias Sociales. Tuvo mucha convocatoria y vino mucha gente. Un curso que era distinto porque era un diploma con distintas materias. Esa fue una iniciativa que se cumplió hace unos años. Armar un archivo supone una serie de conocimientos técnicos muy especializados, que muchos de nosotros no lo tenemos. Y entonces tuvimos que trabajar codo a codo con la gente de archivología y eso también forma parte de la Facultad de Información y Comunicación. Ese traslado se dio ya a fines del año pasado. Dejamos de estar en Ciencias Sociales y pasamos a formar parte de la Facultad de Información y Comunicación. Y ahí siempre lo teníamos como una posibilidad, esto de cursos de formación pero en la FIC nos plantearon eso, partió de ellos la iniciativa.

Lo que estamos ofreciendo es un curso de educación permanente, que no forma parte de ninguna carrera, sino que simplemente puede acercarse gente que está interesada. Se dicta en la FIC, pero puede ser gente de cualquier lugar sin ningún tipo de requisito previo. Porque si es un diploma o es una maestría o lo que sea, se exige tener un título de grado, haber cursado antes cursos de grado en la facultad. Los cursos de Educación permanente son para cualquiera que esté interesado en el tema. En este momento ya se inició la inscripción, la convocatoria a inscripciones. Que se dicte o no, está dependiendo de que haya o no estudiantes interesados. Bueno, entonces, si los hay, se va a empezar a dictar el primero de agosto.

Es un curso donde la mirada, sobre todo, es la histórica. Es un curso de treinta horas, y es una sesión semanal. Esto va a ser los lunes de 18:30 a 21:30. Son sesiones semanales de tres horas. O sea, que son diez semanas sucesivas. Se va a desarrollar en agosto y setiembre. Creo que en los primeritos días de octubre termina. Son diez clases, diez sesiones. Seis de ellas la voy a dar yo porque es un poco lo mío, con participación de algún que otro docente.

La mirada histórica, un poco a cargo mío, porque aquí he hecho más investigación en esa área, pero entonces sumarle otras miradas que también son interesantes. El tema de la fiesta como Patrimonio. No sólo el carnaval, sino las fiestas en general son un ingrediente muy importante dentro de lo que es el patrimonio inmaterial. Esta cosa que actualmente la Unesco promueve mucho, ¿no? la preservación, la salvaguarda de lo que es el patrimonio inmaterial de la sociedad. No ya el patrimonio entendido en el sentido más tradicional. 

 Lo intangible también se considera patrimonio.

 Antes se decía que el patrimonio eran los grandes edificios, las grandes catedrales, los grandes monumentos. Que por supuesto que lo son. Pero bueno, hay otro patrimonio que no se ve y que es tan importante como ese ¿verdad? y que pasa entre otras cosas, por las fiestas, y entre ellas, el carnaval. Entonces, ese enfoque, Laura Ibarlucea, que está muy cerca de la cátedra, una de las clases va estar a cargo de ella para enfocar este tema, el valor, la proyección que las fiestas tienen desde el punto de vista patrimonial. Después está el tema de la gestión de la fiesta, que es un tema bien interesante por el papel que el Estado ha jugado siempre.

Al hablar del Estado estamos hablando fundamentalmente del municipio, de la Intendencia, que ha sido siempre la que ha tenido el carnaval bajo su órbita. Entonces este es otro tema del curso, ver también todo lo que significa la organización, la cantidad de actores que confluye en el Carnaval y como el Estado tiene que negociar porque a veces hay intereses que chocan unos con otros y entonces el Estado tiene de alguna manera ahí que tratar de conformar un poquito a todos. Bueno, entonces para eso invitamos a otra persona que está muy cercana a la cátedra que es Ramiro Pallares, que desde hace años trabaja en la intendencia del departamento de Cultura en todos los temas vinculados con el Carnaval. O sea, que va a haber una clase que va a tener que ver con gestión del carnaval, a cargo de Ramiro. Y por último, como decías tú, otro enfoque que es un poco Carnaval y Teatro. Ahí es que viene Remedi, porque está buenísimo hablar de una cantidad de características generales que el Carnaval tiene, pero bueno, hablemos de la que más lo caracteriza, que es el hecho de ser una forma de teatro. No es el teatro tradicional, no es lo mismo que ir al Solís, ¿verdad?  Ir al tablado es otra cosa, pero en última instancia, vaya a saber por qué, porque eso no tiene mucha explicación, pero desde hace mucho, ya en el siglo diecinueve los uruguayos y las uruguayas resolvimos que nuestra manera de hacer carnaval tenía mucho que ver con el teatro.

Hay un nivel de elaboración tanto a nivel textual como a nivel musical, coral, como a nivel visual también, del espectáculo, que creo que tiene un desarrollo que no tiene en otros carnavales, donde también las comparsas están presentes pero de repente no suman tantos ingredientes, tantos lenguajes como los que pone en juego el Carnaval uruguayo. Y entonces nos parecía que Gustavo Remedi tenía que analizar eso, porque además es un tipo con un gran nivel, muy interesante la mirada de él. Entonces lo invitamos para que una de estas sesiones esté a cargo de él para tratar el tema de carnaval y teatro.

 ¿Hasta cuándo hay tiempo para inscribirse?

 En la página de Memorias de la Bacanal creo que está subido el programa y el desarrollo, por supuesto, muy sintético, pero más o menos el desarrollo de cada una de esas sesiones. Y allí también está marcado el límite que creo que es veintiocho de julio. Todavía hay unos días para inscribirse. El curso va a ser durante diez lunes sucesivos y empieza el primero de agosto. Así que desde el veintiocho de julio cierran las inscripciones.

Para informarse más y para inscribirse, los interesados en el curso pueden pinchar aquí: https://fic.edu.uy/curso/curso-ep-2022-la-articulacion-entre-carnaval-estado-y-sociedad-en-la-larga-duracion-conceptos