jueves, 7 de noviembre de 2013

El Mobbing y el pacto silencioso...Qué hacer?

Silvana Giachero trabaja como psicoterapeuta desde 1989 e investigadora en riesgos psicosociales Mobbing y estrés desde el año 2006. Es fundadora y presidenta de ACAMLU (Asociación contra el acoso moral y laboral en Uruguay - asociación civil sin fines de lucro) y escritora de Por la salud mental de nuestros hijos y el manual de mobbing Acoso Moral Laboral, una amenaza silenciosa en la sociedad actual. En esta nota cuenta  a Crisol de Vidas sobre cuáles son las medidas a tomar si se está sufriendo de acoso en el lugar de trabajo.





¿Cuándo y cómo se formó ACAMLU?

ACAMLU se formó en el 2008, por ahí empezamos con unos intentos de armarla pero en realidad se legalizó este año, en 2013, cuando hicimos el Congreso, ahí logramos la personalidad jurídica de ACAMLU.

¿Cómo empezó tu vínculo con ACAMLU?

Fue un poco una idea mía y de la abogada Ana Véliz, y de un grupo de pacientes en ese momento que tenían ganas de hacer algo de reivindicar desde su lugar de víctima. Y bueno, de ahí surge la idea de armar una ONG, pero nunca logramos que funcione como tal, porque una ONG en Uruguay es muy complicado, lleva tiempo, hay que hacer elecciones, etc. Entonces cuando tuvimos que lograr la personalidad jurídica lo que hicieron fue votar y me eligieron como presidenta, pero en realidad lo que  siempre quise fue dejar armada una ONG y yo dedicarme a la investigación, o sea, a mí no me interesa ser la presidenta de ACAMLU, entonces ahora tendremos unas reuniones donde vamos a ver si podemos hacer que se vote a otra persona como presidente. Justamente para seguir adelante con el trabajo porque no le puedo dedicar mucho tiempo. Hoy soy la presidenta pero por una cuestión de formarla y sacarla adelante.

¿Toda forma de maltrato significa acoso laboral, o para que ese maltrato sea considerado acoso debe tener ciertas características?

Para que ese maltrato sea acoso debe tener tres características importantes: primero tiene que ser repetitivo y darse muchas veces, a lo largo del tiempo. Y esto es como paradójico porque cuando uno habla de violencia doméstica o de acoso sexual, la misma ley dice: "una sola vez ya será castigado/a", pero en el acoso laboral se da este fenómeno de que tiene que ser repetitivo, sistemático y durante un tiempo determinado. A su vez tiene que haber la persona que acosa, el acosado y los testigos silenciosos, una empresa que propicie o haga como que no ve esta situación, lo que nosotros llamamos "El pacto de silencio" que se genera alrededor del acoso, donde todos saben, todos ven pero nadie dice absolutamente nada y se sigue maltratando a la víctima. O sea que no es el síndrome del quemado. Hay una gran diferencia entre el síndrome del quemado y la víctima que sufre acoso. El síndrome del quemado es una patología laboral, quien lo sufre no quiere seguir yendo a trabajar, no le gusta el trabajo que hace, incluso entra  en una situación de crisis vocacional. En cambio quien sufre Mobbing sí quiere ir a trabajar, sí le gusta su trabajo. Más bien lo que quiere es que lo dejen en paz, que le permitan trabajar tranquilo. Tampoco es un estrés, si bien el Mobbing es el mayor factor de estrés psicosocial que hoy se está presentando a nivel mundial. Tampoco son conflictos, porque el acoso laboral no es un conflicto. Acá no hay dos ideas que negociar. Acá lo que hay es que alguien está abusando de otra persona, entonces como tal tiene que ser sancionado.

¿La persona acosada necesita llevar testigos del acoso para denunciar su caso?

No necesariamente, es decir, los primeros pasos a seguir antes que nada es hacer la denuncia interna, dentro del propio trabajo, dentro de la propia empresa, en el Departamento de Recursos Humanos o en Salud Ocupacional o dentro de la gerencia o al mismo dueño. Si el dueño no hace absolutamente nada o el Departamento de Recursos Humanos no hace nada o interviene mal, entonces se debe hacer la denuncia en el Ministerio de Trabajo y en el Ministerio de Trabajo sí piden testigos. Mucha gente no quiere salir de testigo porque le da miedo. Porque lo que genera esto es miedo a perder el trabajo, miedo a que si yo defiendo a la persona con quien se la están agarrando después se la agarren conmigo... Pero de todas formas cuando uno cita a los testigos igual tienen que ir. Por eso es muy difícil tener pruebas. Si los testigos no hablan, no tenés nada filmado, nada grabado, no tenés nada por escrito que demuestre el hostigamiento, este se convierte en algo totalmente invisible para los ojos de los demás y es muy difícil litigar. Por eso siempre digo que acá lo importante cuando alguien sufre de Mobbing es que la persona se cure y recupere su vida. Que consiga otro trabajo, ayudarla a conseguir o a pedir un traslado, pero lo más importante es curar a la persona. La parte legal va por otra vía, que puede salir o no puede salir, pero en realidad, quien debe frenar el acoso es la empresa.


Muchas veces el Ministerio de Trabajo, cuando hay acoso determina que no lo hay, entonces la empresa no hace absolutamente nada y ahí la persona queda en peores condiciones y encima con un historial de una denuncia en el Ministerio de Trabajo. Por eso hay que tener mucho cuidado sobre cuáles serán las estrategias a seguir.

Por eso digo que esto es un problema que se resuelve desde lo psicológico. Lo legal es algo totalmente accesorio. Si bien se respeta que hay gente que quiera ir por lo legal, ganar un juicio no cura a las personas. No saca el daño que te causaron ni la plata ni que te pidan disculpas. Si bien las personas necesitan eso de ser reconocidas, que no fue algo que hice yo, eso se puede resolver desde lo terapéutico. Porque una cosa que le pasa  a la víctima es que internaliza la culpa y siente que ella es la responsable, que desde algún punto ella generó esta situación, eso hace que realmente se enferme: la internalización de la culpa. Y lo que hay que trabajar es para disculpabilizar. Y un juicio aunque salga positivo a favor de la víctima no saca la culpa. Alivia un poco pero en definitiva el daño ya está hecho.

¿Se tomarían como pruebas válidas algo escrito o la grabación de un celular?

Sí, sí, por supuesto. Uno puede contar: no me miró, me mira mal, no me saluda, me hacen el vacío, ¿pero eso cómo hago para probarlo? Con testigos o filmando y grabando también. A veces son mejores las grabaciones. Después lo otro que se puede registrar es todo lo que tiene que ver con e-mails, con investigaciones administrativas, con sanciones, con las calificaciones. Toda esa otra parte de acoso organizativo, donde se utilizan las herramientas de la organización para destruir a la persona.  Pero la parte invisible, la que hace al corazón del acoso ¿verdad? no me miran, me desprecian, no me invitan, me sacaron la silla, el escritorio, me sacaron tareas, me sancionan por cualquier cosa, me quitan las licencias, los demás tienen privilegios que yo no tengo, no dejan que la gente se me acerque...todo ese combo es lo que hace al acoso y es lo más difícil de probar justamente.

¿Por qué en Uruguay cuesta tanto admitir que existe acoso laboral y no hay normativa legal en cuanto a este tema, mientras que en otros países ya se tipificó como delito hace mucho tiempo?

Lo que pasa es que en los otros países hace mucho que se está trabajando en esto. Acá en Uruguay es un tema nuevo. En los demás países, Marie-France Hirigoyen (médico psiquiatra y psicoanalista especializada en la terapia del acoso moral) en Francia, Iñaki Piñuel (psicólogo, ensayista, investigador y profesor, especialista europeo en la investigación del mobbing) en España cuando vinieron al Congreso me contaban que les pasó exactamente lo mismo que nos está pasando a nosotros. Para llegar a tener una ley hay que caminar un largo camino. Aparte la ley regula pero no soluciona el problema de base, que es un problema de las organizaciones de trabajo y es un problema de los sujetos, de cómo se vinculan, y de la cantidad de individuos psicopáticos que hay y cómo llegan a cargos de poder. Es un tema que tiene que ver con la conciencia, por eso mi lema siempre fue: hacer visible lo invisible. Primero hay que hacerlo visible, después hay que animarse a medir y ver cuál es la realidad en la que estamos y luego hay que empezar a buscar medidas, no solamente de intervención sino de prevención, porque una vez que se desata el acoso laboral todos terminan sufriendo: la empresa padece, puede llegar a cerrar por ese motivo, pierden mucho dinero por juicio, mal prestigio, por otro lado quien sufre mobbing se ve afectado física, psicológica y económicamente. El equipo de trabajadores que formaban parte de ese grupo todos terminan dañados de una manera u otra. El hostigador es el menos dañado porque es al que no le importa nada.. Y siempre de alguna manera se la arregla pero algún daño colateral sufre. Hay que apostar a la prevención y para eso empezar a animarse a hablar del tema.
Pero más allá de que en los países de Europa hay ley - en algunos, no en todos - y en algunos hasta 10 años de prisión para el que hostiga , y se sanciona a la empresa como responsable, igual hay mucho acoso laboral. Y en época de crisis como la que está pasando ahora España es terrible la cantidad de acoso laboral que existe... y hay ley. Por eso te digo: la ley no frena esto, solamente lo regula. En lo que se debe trabajar es en la prevención.

¿Cuáles son los daños emocionales que puede contraer la víctima?

Los daños más visibles son los físicos, porque se empieza con trastornos del sueño, dolores musculares, dolores de cabeza, contracturas, empieza con el síndrome del domingo, cuando se acerca el lunes no quiere ir a trabajar. Y desarrolla un montón de otros síntomas que tienen que ver con cosas que la persona ya tenía de base: diabetes, hipotiroidismo, presión arterial, problemas de alergia, hasta cáncer puede llegar a desarrollarse por el estrés y la presión en la que se vive. Y a nivel psicológico se presentan cuadros que pueden ser diagnosticados como de depresión, fobia, síndrome del quemado, pero que en realidad no es así. Es un cuadro de estrés pos traumático. El síndrome de estrés postraumático es el que sufren las víctimas de violencia sexual, accidentes trágicos y grandes catástrofes. Entonces no es una patología, es una secuela de un daño que se genera a nivel psicológico. Este trastorno tiene un montón de síntomas, entre ellos el miedo, la culpa, la introversión, el autoaislarse, estar permanentemente en un estado de hipervigilancia, las crisis de pánico son lo más común. Al llegar sentir dolor de panza, taquicardia, sudor frío, desmayarse al llegar al trabajo o estando en él. Todo esto responde al síndrome de estrés postraumático. Por eso ni un antidepresivo ni un ansiolítico hacen que la víctima mejore.

Pero son siempre daños reversibles...

Si se curan como se debe sí.  Con ese fin tenemos terapias específicas para trabajar con la víctima de acoso. Porque si esto se cronifica, el sujeto hostigado cambia para siempre, ya no vuelve a ser la misma persona.

¿Se han resuelto con éxito casos de acoso laboral en Uruguay?

Sí, lamentablemente muchos menos de los que uno quisiera, no? He tenido casos que por suerte no han llegado a la justicia, los hemos logrado resolver con la empresa. Hubo casos en que la persona renunció y consiguió un nuevo trabajo. Se ha despedido al acosador...no hay que tener miedo porque quien acosa es un mal trabajador, hace daño y perjudica a la empresa y se trata de gente que fácilmente consigue trabajo nuevamente porque se saben vender muy bien. Generalmente cuando es la víctima que pierde el trabajo es ella a quien después le cuesta mucho más conseguir, porque está dañada emocionalmente, sobre todo en lo que se relaciona con la imagen que tiene de si misma, cree que no va a poder volver a conseguir trabajo. Tiene mucho miedo de volver a  pasar por esa experiencia, de volver a estar en una relación de dependencia donde quede expuesta a la misma situación de violencia psicológica. Por eso intentamos que cuando lleguen al consultorio lo hagan lo antes posible y no en la etapa final del acoso. Porque si se trata esto cuanto antes se pueden hacer mejores cosas, se puede trabajar más en equipo y lograr mejores resultados.



domingo, 7 de julio de 2013

Ariel Martínez Romano - TINTES DE INSPIRACIÓN


De perfil polifacético, Ariel siempre está embarcado en varios proyectos a la vez. Su gusto por el arte tiene diversas aristas. Es caricaturista, entendido en la historia del cómic, diseñador, programador y creador de cuentos.  

No hay duda de tu capacidad para dedicarte a tus tres actividades en forma simultánea. Lo que haría falta sólo sería que los días tuvieran más de 24 horas. ¿Qué elegís para hacer actualmente y qué reservás para el futuro?

Actualmente el desarrollo de software ocupa casi todo mi tiempo. Para un futuro pienso poder publicar un cómic que tengo en mente hace muchos años y siempre fui relegando por falta de tiempo. También me gustaría publicar un ensayo sobre la mitología bíblica, otro tema que me interesa bastante.

¿Qué parte de la historia del cómic te atrae más?

Me importa toda la historia del cómic, ver su evolución y cómo cada etapa y cada creador enriqueció el género. Pero los primeros años en particular me resultan sumamente cautivantes, desde sus inicios, a fines del siglo XIX, hasta la llamada Golden Age, o Edad de Oro del cómic, a mediados del siglo XX.  porque ahí estaba todo por hacerse y es muy apasionante ver como se fue desarrollando este arte. Stan Lee, el creador de Spiderman, Los Cuatro Fantásticos y X-Men contribuyó mucho al desarrollo del cómic moderno, con un montaje renovador y personajes más complejos y su obra es también muy atractiva. 



 A la hora de crear un personaje para una historieta, ¿qué etapa del proceso encontrás disfrutable?

Toda la creación de un personaje es muy disfrutable, definir su aspecto gráfico, su personalidad, el rol que cumple en la historia, sus gestos, su forma de hablar y su psicología. Todo es muy estimulante. Es un proceso largo que se enriquece mucho con la interacción de los otros personajes y el desarrollo de la historia en sí. Es decir, me refiero a cuando los personajes y la historia se generan a la vez, no cuando hay un guión preestablecido. El personaje influye en la historia y la historia influye en los personajes, en un entramado que muchas veces se convierte en un juego de final incierto para el propio creador y cada decisión tomada afecta en todo el conjunto. Diseñar el aspecto gráfico de personajes creados por otro guionista no es tan interesante.


PREHISTORIA
  Ariel Martínez Romano


Una revista de divulgación científica expresa que hay dos tipos de gente creativa. Están aquellos a quienes las ideas les van cayendo como de un cuentagotas, pero esa escasa creatividad la saben explotar muy bien, y producen poco porque seleccionan lo mejor. Hay otros que tienen una imaginación muy fértil, muy rica, una mente desbordada de ideas que les resulta difícil organizar y algunas se terminan perdiendo. ¿Con qué clase de creativo te identificás?

Creo que con la segunda, se me ocurren cosas todo el tiempo en diferentes áreas. Tantas que no soy capaz ni siquiera de registrar, porque cuando se me ocurren estoy en situaciones en que no puedo desarrollarlas debidamente y muchas veces se terminan esfumando. Pero al final subsisten las mejores ideas, porque a esas les doy prioridad y procuro no olvidarlas. Es una especie de selección natural. Igualmente, algunas ideas vuelven cada tanto, cuando se precisan uno las recuerda.



 MUJICA
Ariel Martínez Romano

 ZITARROSA
Ariel Martínez Romano


Obtuviste una mención en un concurso literario realizado por el Ministerio de Educación y Cultura. Es enigmático el nombre dado a tu reconocida obra creativa. ¿Por qué se llama El Libro de Orcuz y de qué se trata?

El nombre del libro es el mismo que el de uno de sus cuentos. Sí, jugué un poco con el misterio. Orcuz es un reino imaginario donde para destronar a un soberano despótico es necesario cumplir con diez leyes prácticamente imposibles. Un sastre tratará de cumplirlas a toda costa...Ese es más o menos el argumento de este cuento. Hay varios cuentos más: La Piedra de la Verdad, La Reinas Caprichosa, Gin Blas de Camporraz, ¡Croc!, Palabras Mayores, El Caballo Parlanchín. Quizás alguno más se me escape ahora.

Definime, por favor, qué significan para vos las siguientes palabras:


CÓMICS
El cómic es indudablemente el noveno arte. Por más que para mucha gente los cómics son publicaciones pueriles, algunos son verdaderas obras de arte. Es cierto que la mayoría de lo que se genera en materia de cómic es con un afán meramente comercial, con argumentos y dibujos mediocres, algo que sucede también con otros géneros, como la música o el cine. Pero de vez en cuando, casi siempre en el ámbito independiente, fuera de las grandes corporaciones dedicadas al rubro, surgen auténticas genialidades.

ARTE
El arte es uno de los mayores logros humanos. Algo que nos diferencia inequívocamente de los animales, del aspecto animal del ser humano, que también lo es. El verdadero arte tiene que ver siempre con temas trascendentales de la vida del hombre, como el amor, la muerte. Es difícil hablar del arte sin sonar cursi o divagante o dogmático. 

COLORES
El color es un milagro que enriquece nuestra existencia de una forma de la que no somos totalmente conscientes. Se ha escrito mucho sobre el color y cómo nos afecta, tanto en sentido físico como emotivo y psicológico. Para un diseñador es imprescindible saber manejar eficientemente el color. Es una herramienta que si no se sabe manejar puede generar el efecto contrario al deseado.

DISEÑO
 El diseño es la parte de un proyecto en la cual se deja más lugar para la imaginación, para la creación propiamente dicha y es una parte muy emocionante.  Luego viene la parte de la realización, donde entra la técnica y tenemos que resolver problemas de toda clase a fin de que el proyecto prospere. Ahí podemos decir que entra en juego la cabeza. En el diseño entra más el corazón.

ESCRITURA 
Gracias a la invención de la escritura es que tenemos civilización. Sin la escritura seguiríamos en la prehistoria. Imaginate tener que depender solamente de la tradición oral para desarrollar todas las actividades humanas. La escritura es uno de los mejores inventos del ser humano y uno de los que más le ha permitido evolucionar en todo sentido.

 INSPIRACIÓN 
La inspiración es como un estallido de energía, una conmoción irracional que se produce como consecuencia de la interacción de varias causas. Se reúnen en la vida a veces algunos ingredientes fortuitos cuya combinación nos causa un impacto emotivo o mental tan fuerte que nos sentimos en la necesidad imperiosa de expresarnos. Creo que eso es la inspiración. Por eso, es tan difícil de lograrla cuando uno quiere. Se suele decir que la inspiración viene cuando uno menos lo espera. Lamentablemente se pierde con los años, según me parece, porque ya uno va perdiendo la capacidad de asombro. A menos que uno desarrolle ciertas estrategias que le ayuden a propiciar el bigbang creativo. Pero las fórmulas empiezan a perder el efecto y uno se vuelve repetitivo. Pareciera que cada artista tiene un sello que lo caracteriza y ese sello no es otra cosa que una repetición temática impuesta por sus propias limitaciones creativas. Es decir, todo esto hablando de arte, porque la inspiración en el ámbito científico, por ejemplo, es un poco diferente, porque el proceso creativo es diferente.



 MONSTRUOSO
Ariel Martínez Romano


Se autoriza el uso de las imágenes sólo haciendo mención de su autor.

domingo, 27 de enero de 2013

Máximo Ballester: "Soy el poema que nunca pude escribir". *





Se trata de un autor que es  dueño de un estilo sorprendente. Sus obras son una receta mágica que combina la cantidad  justa de agudeza, de poesía, de humor y de ironía. 
El resultado: transmite una mirada inteligente de las cosas de la manera más inusitada.
Máximo Ballester nació en San Fernando, Buenos Aires, Argentina, en 1964. Su libro más reciente es Poemas de autoayuda y aforismos para morir mejor (Ediciones El mono armado, 2011). Sus otras obras publicadas son: Disfraz al agua (Ediciones Ocruxaves, 1998), Musas Extraviadas (Editorial Dunken, 2008), En la orilla (Ediciones El Mono Armado, 2009).







¿Cuándo te diste cuenta de que lo tuyo era escribir?
Escribir es una faceta muy importante de mí, pero no lo es todo (aunque en el momento de escribir un poema concentrado y aislado es lo único que me importa), así que digamos que “lo mío” es una totalidad, se trata de las cosas que soy, como cualquier otra persona, cosas acaso menos interesantes pero que tienen su lugar y su importancia. Escribir es una necesidad para mí, un canal vital de expresión. Y me di cuenta de que era así cuando sentí, hace muchos años, que en ese acto solitario, callado y enteramente individual, me jugaba todo. Es decir que escribir un poema se volvió para mí una labor de compromiso, una excavación profunda en mí mismo y un ir hasta los huesos en cada cosa, en cada tema. Me di cuenta de lo importante que era para mí porque sentía tristeza al no lograr un buen poema y una plena felicidad cuando escribía y sentía que estaba por dar con algo bueno. Entendí que tenía una mirada propia de la realidad, de los hechos, de los seres y las cosas. No sé si es una mirada muy distinta, pero sí una que me permite creer que tengo algo para contar, y que hace que me preocupe por cómo hacerlo. De modo que tengo un gran interés por las formas, por la sensualidad de las formas, y por la voz y el tono que empleo al momento de escribir. Lo digo siempre: creo que a un poeta lo define la mirada. Teniendo esa mirada, digamos particular, puede escribir o no pero ya es un poeta. Lo es en otros lenguajes, en los actos, en sus impresiones del mundo, y en las características y elementos de su propio mundo interior.

 ¿Cómo influyó el lugar donde viviste en tus obras?
La verdad es que no lo sé del todo. Siempre influye el lugar y su gente. Los ambientes y lo que sucede en ellos, lo que conforma una realidad cotidiana. Pero no sé decir qué grado de influencia. Viví en varios lugares y sé que esos lugares: la casa, el paisaje las calles y su gente, etc., están de alguna manera en lo que escribo. Suelo fijar mi mirada en los objetos (de esa curiosidad doy buena cuenta en Musas Extraviadas y en los aforismos de mi último libro), y a veces da lo mismo si ese objeto –que puede ser un cuadro, una clepsidra, un candelabro o un sifón– habiten en Tigre, San Isidro o Chacarita. Otras veces, no, claro, y tendrá que ver seguramente con las personas que rodean a ese supuesto objeto, su historia, su territorio dentro o fuera de una casa, la luz y temperatura del lugar, su función asignada en ese determinado lugar, y dependerá también de lo que uno quiera contar. Hoy día, volviendo al tema del lugar como influencia, le doy mucha importancia a esos otros lugares que, por razones de trabajo, transito. Esto me permite tomar contacto con lo que pasa en otras partes, observar otras cosas, y esto es valioso a la hora de sentarme a escribir. Finalmente, el lugar es uno mismo, es ese ocasional lugar pero pasado por uno, por la mirada, la percepción de cada quien y su relación con todo lo que lo rodea. Pero por supuesto que tiene su grado de importancia. El lugar donde se pertenece condiciona, limita, pero también es una fuente inagotable de aspectos y recursos, es identidad, color e historia.

 ¿Pensás que un escritor no debe buscar al tema sino que el tema debe buscar al escritor?
Pienso que se dan las dos opciones, sin preponderancia de la una sobre la otra. Yo prefiero hablar de “encontrar”, que creo al fin y al cabo es lo que se da en un poeta. Hay que estar atentos, receptivos a lo que se nos pueda manifestar y tratar de hacer algo interesante con eso. Descubrir qué tenemos para decir, qué sensaciones nos provoca determinada cosa. Suele pasar que en la búsqueda se encuentran otras vertientes, otros subtemas, que a menudo terminan por ser más atractivos que lo que buscábamos en un principio. Claro que si uno se consagra a una carrera loca por cierta obsesión y se desvive por sacarle punta a ese objetivo que lo seduce y no ve más allá ni a los costados, es posible que no encuentre otra cosa y se pierda aspectos importantes, u otros elementos para escribir poesía. Acá entonces aparece el tema del viaje. El viaje es el viaje en sí mismo. Viajar es lo que nos depara el viaje con cada una de sus alternancias y características, y no sólo el lugar de destino. Es decir: el mientras tanto. En ese viaje es donde al poeta se le aparecen distintas posibilidades y formas, distintos colores y texturas, se destapan piedras, se vislumbran otros rincones, y es entonces donde debe estar atento, aprovechar las pequeñas cosas que hacen a la poesía, lo lateral, lo subterráneo, y todo aquello que en apariencia es nimio o desechable. Luego los temas en poesía, y en el arte en general, son siempre los mismos. Lo que cuenta, se sabe, es el modo de tratarlos.

 ¿Qué opinás sobre estas frases: “Cuando necesito leer un libro lo escribo” – Benjamín Disraeli “ “Uno no llega a ser quien es por lo que escribe, sino por lo que lee” - Jorge Luis Borges. “El mundo podría existir muy bien sin la literatura, e incluso mejor sin el hombre” – Jean –Paul Sartre.
Supongo que la frase de Disraeli tiene que ver con aquello de que uno trata de escribir lo que le gusta leer. Aunque, claro, la literatura es algo más complejo que eso. De todos modos, creo que la frase es antes una humorada que un desprecio a los demás autores y a todos los otros libros de los que no es autor Disraeli. Cuando alguien necesita leer un libro todo lo que deberá hacer es procurar que sea bueno. Algo, alguna cosa le dejará ese libro. Para su vida o para lo que fuera, y, si es escritor, tal vez para sus propios libros.
En cuanto a la frase de Borges, creo que se trata de una verdad a medias. Esto quiere decir que de algún modo lo dicho por él no es verdad, salvo que haya querido referirse exclusivamente a ser un escritor cabal. Pero en cuanto a ser, bueno, creo que a uno lo conforma todo lo vivido, la educación que nos hayan dado, el ambiente y las personas con las cuales se ha relacionado, los hechos propios y ajenos, todo lo experimentado, sentido, visto y pensado; lo que llamamos experiencia. Pensemos en un analfabeto, por ejemplo. Ese analfabeto Es, es alguien, es una persona a pesar de no haber leído jamás un solo libro.
La frase de Sartre es certera. Coincido. Pero se trata del mundo-planeta, no del mundo que conformamos todos los que habitamos en él. El planeta Tierra como concepto no sería el mismo sin la humanidad. Pero podría ser –existir–, en tanto planeta, perfectamente sin la vida del hombre. Marte, Mercurio y Venus, por ejemplo, no necesitan de nosotros, y tampoco de nuestra literatura.

¿Con qué autor de otra época o de otro país te hubiese gustado conversar y sobre qué?
Con muchos. La lista sería larguísima, pero sin dudas me hubiera encantado conversar –o tan sólo oír y ver– con Salinger, Dostoievski, Lorca, Borges, Schopenhauer, Whitman, Cortázar, Kafka, Artl, Pessoa, Carver, Bukowski, Cioran, César Vallejo, Horacio Quiroga, Chejov, Lispector, Hemingway, Emily Dickinson, Girondo, Bolaño, Huidobro, Prévert y varios más. Hubiera conversado de cualquier cosa, del sexo de los ángeles, de las hormigas soldado, de la importancia de usar casco, del secreto de la pizza a la piedra, de tragos y de todas las cosas del arte y de la vida. Disfrutaría cada minuto y cada tema, y todo adquiriría para mí una importancia suprema.

 ¿Sobre qué cosas escribís con humor y sobre qué cosas nunca podrías escribir empleando el humor?
Es verdad que hay límites, o al menos los hay desde nuestra perspectiva, y ciertas cuestiones tratadas con humor no ganan, sino más bien todo lo contrario. Hay tragedias o aspectos y situaciones de esas tragedias con las que sí es factible hacer humor, pero con otras, que suelen ser más cercanas, dolientes y determinantes, no. Claro que hay un humor negro de uso habitual donde todo parece estar permitido, que es el oral, el que aparece en forma de chiste o frase y que suele ser cruel, pero en literatura no siempre se sostiene ese mismo humor, o no da el mismo resultado o el tema necesita de otro tratamiento, otro registro. La ironía, el absurdo, lo sarcástico, lo desopilante, la parodia, todo lo que conforma el humor en literatura no son cosas fáciles de lograr. O al menos para mí no lo es. Aunque el humor siempre se me haya dado de manera natural, trasladarlo a la escritura, plasmarlo de modo que eso tenga un sentido, algo que lo justifique, no es tan fácil. Se corre el riesgo de escribir una tontería o algo de mal gusto.

* "De todo lo que deseé me queda haber amado. Soy una pelota. Y mi alma un hombre encorvado que mira de cerca un camino de hormigas. Soy una pelota que rueda. Y al rodar se me caen dos o tres palabras que guardo para hacer un poema. Pero sobre todo soy el poema que nunca pude escribir." (Notas para un poema IV, 2008, del blog Musas Extraviadas)